Archive for febrero, 2015
Lo que añoro de trabajar en una oficina
Lo único que echo de menos de trabajar en una oficina son las reuniones.
Ese aparente tiempo perdido en lo que se dice en una hora o más lo que bien podría resumirse en 10 minutos.
Las juntas con sus minutas. Las discusiones que a veces son una especie de competencia despiadada, donde se destripan los más ambiciosos, donde las mujeres (algunas al menos) quieren demostrar que son iguales o mejores que los hombres (algo que no necesitan demostrar, es obvio, pero ah cómo insisten).
Las reuniones para planificar el futuro, tan incierto como el que conservemos la siguiente semana el mismo empleo.
Me gustaban porque me permitían divagar, pensaba en playas, pensaba en viajes, en amores y en colores. Divagaba a través de miles de galaxias, todo mientras dibujaba a mano libre.
No es igual, ahora que puedo, salir a un café o a un parque, a tratar de divagar o de dibujar, no me sale nada. Las reuniones laborales eran ideales para eso. Ser libre, estar fuera del trabajo es una recompensa en sí. Estar atado a la rutin laboral es el mejor alimento para la creatividad.
Igual y mis desvaríos no originaban obras de arte, pero yo los disfrutaba igual.