Archive for diciembre, 2008

Casi me voy de Roma

La protesta la elevan los pies. Del suelo al cielo, pero la cabeza los ignora sin laureles ni caireles. Recuerdo la Boca de la verdad, en la que no metí la mano, sé que es una tradición, una especie de broma turística, pero no quiero ser el primero en el que la maldición sucede, no quiero ser un encabezado en los diarios de mañana (“Turista mexicano sufre daños irreparables en su mano tras meterla en la Boca de la verdad”, vamos no es que mienta pero tampoco estoy libre de mentiras) y ser inmortalizado por las cámaras de todos los turistas chinos y japoneses que están detrás de mí en la línea. La famosa Boca de la verdad se encuentra en una iglesia semi oculta en donde están los restos de San Valentino (no Rodolfo). Saliendo de ahí está el Circo Máximo, a muy poca distancia, un gran terreno llano con dos pequeñas ruinas. El Panteón es la única estructura de tiempos imperiales que queda completa y en pie, hecha para conmemorar la victoria de Augusto sobre Cleopatra y Marco Antonio, dicen que la cúpula de este edificio no podría construirse hoy en día, no con el mismo material, es una maravilla de ingeniería. Desayuno medias lunas (inventadas en Austria en el siglo XVII durante una ocupación turca de ese país los chefs decidieron apostarle al que ganaba y les dedicaron a los musulmanes este pan que homenajeaba de algún modo la media luna de su símbolo religioso-patrio, María Antonieta, austriaca reina esposa de un desafortunado Luis de Francia, fue quien llevo estos panes al país de la flor de lis, donde se hicieron mundialmente famosos bajo el nombre de croissants. “Que les den pasteles”). Coliseo por fuera, a este ya lo conocí por dentro la primera vez que estuve en Roma (de hecho el Coliseo y el palatino fueron los únicos lugares que conocí en aquella primera vez). Llego a Plaza Cavour y no veo nada, está en reparación. Dos helados para aliviar la frustración. Anoche un italiano barrigón se escandalizó porque pedí un litro de cerveza para cenar, si el tipo hubiera sabido que ese era en realidad mi desayuno igual se habría desmayado. Fuente de Trevi, con muchos turistas y sin Anita Ekberg ni Marcello Mastroiani. Algo me pica en el brazo mientras veo que los turistas son como hongos en esta fuente. Vía del Corso, donde están las tiendas más caras, toda ciudad tiene una calle así, Ocean Drive en Miami, Mazaryk en México, esas son las que más recuerdo porque he vivido allí, pero cada ciudad tiene su equivalente. Plaza España y la casa donde murió Keats (allí también vivió el poeta Shelley). Iglesias, muchas iglesias. Calaveras con tibis cruzadas o calaveras sin tibias, frías todas, eso sí. La muerte está a la vuelta de la esquina y pasaremos más tiempo muertos que en vida. Es mejor vivir mientras se está vivo. El Tíber y dos puentes, de lejos se divisa la cúpula principal del Vaticano y alguien seguramente copula en algún lugar. Otro helado, vicio esporádico que me ataca cuando estoy en Italia (quizás me ataque una vez más en mi vida). Roma es ciudad de turistas, están por todos lados (¿estamos kimosabi?, sólo sé que no sé nada) con mapas, libros guías y cámaras en sus manos. Las mujeres romanas no son precisamente hermosas (pero sí son más bellas que las que hay en Miami), pero tiene una personalidad y un prestigio que cuidan con orgullo nacional, sacan lo máximo de su feminidad. Todo está en la mente, ¿no decía Dalí algo así que primero hay que convencerse uno mismo de que es un genio y de ahí es fácil convencer a los demás? Entonces todos podemos volar sin necesidad de pluma y sin importar el tamaño de nuestras orejas ni de qué tan oscuras sean nuestras ojeras. Trato de hacer contacto con la otra Alicia, pero no hay espejo que me permita atravesar a su mundo. No es que no extrañe lo que ahora está en casa, sólo que a veces siento que mi hogar es sentirme familiar y entonces partir. Definitivamente he concluido algo: no pertenezco a los EEUU. Algo me trauma. Roma es tan familiar, es tan latinoamericana o Latinoamérica es tan romana, no lo sé. Ignoro si Italia sea como España, una especie de medio mundo entre el primero y el tercero, del continente europeo. “La luna rota”, ese ejercicio de palabras que hice el sábado pasado para matar el tiempo (mientras esperaba la llegada de un buen samaritano que me prestó la cámara para tomar fotos de este viaje), fue sólo un escrito sobre cosas que la frase ‘luna rota’ me inspiró. Parece que le gustó a la gente. Al parecer no hay que pensar mucho. El Papa está en Turquía, quizás comiendo croissants en el desayuno. Hoy sólo me extravié tres veces en la ciudad, sumadas con las dos de antier hacen un total de cinco. Con dos mañana ya tendré el mágico y favorito siete. Pasado mañana saltó como sapo sin croar a Croacia. Aún queda un día en roma.

diciembre 29, 2008 at 5:12 pm Deja un comentario

Sólo soy feliz cuando llueve

Lo admito, ese masoquismo que me ha caracterizado y también el drama inecesario, me han acompañado ya por mucho tiempo. El que sólo sea feliz cuando llueve no significa que me encanten los diluvios. ¿Propósito de año nuevo? Ninguno, simplemente quiero empezar bien tras acabar lo necesario. No sólo porque es fin de año. Pero no hago propósitos ni propuestas, porque ya desde hace rato los vengo haciendo y sólo termino hecho pelotas y sintiéndome ante mí como perfecto idiota, aunque en esta mundo nada es perfecto, pero parece que me he esforzado.  Entonces mejor aplico la energía en otra cosa (despedidas sobran y se acabaron los pétalos de las margaritas).

NOTA: Y éste es el tipo de basura de la que me gustaría hubiese más.

diciembre 26, 2008 at 5:51 pm Deja un comentario

La lata de sopa y Marilyn

No le deseo a nadie semejante extravío. El rey pelele, manipulador de cortes, manipulado con poco, sobrevaluado y creyendo que todo se lo merece. Aterrador egoísmo. La princesa bella, confundida, se deslumbra ante la palabrería del rey, cae seducida. Durante el hechizo un príncipe llegó en moto, no era azul, simplemente un oportunista, la princesa quiso escapar, pero pudo más el hechizo del rey. Después de poco tiempo que supo a eternidad  se abren los ojos, se sacan las entrañas y el abuso es descubierto. Lamentos. El pseudo príncipe desaparece para siempre. La princesa está a tiempo, si lo sabe aprovechar alcanzará su salvación; el rey, arrepentido, se quedará en su laberinto, condenado a un exilio interno. No todo lo que brilla es oro. Nadie es inocente del todo.

diciembre 24, 2008 at 3:10 am Deja un comentario

Desayunicenando en un restaurante romano

Al final de mi primer día en Roma llega, como era de esperarse, mi primera noche. Una cama donde dormir después del viaje prolongado en avión y la gran madrugada en el aeropuerto. Llego al hotel empapado. Después de Cinecitta fui a buscar Plaza Cavour, y se me frustró la visita por una tormenta que sabía a diluvio sin arca. Me doy un baño caliente, no pondré la alarma para dormir lo más que pueda. De inmediato caigo en un profundo sueño, rodeado de la oscuridad absoluta de mi habitación. Pero tengo mala suerte, varios ruidos provenientes de los cuartos vecinos me despertaron, parece que hay gente arribando en lo que calculo ha de ser la medianoche. Hacen mucho ruido los trasnochadores infernales, igual y ya son como las 2 am. Me vuelvo a quedar dormido. Pero según me parece no duermo más de una hora cuando escucho que están aspirando la alfombra del pasillo. A tientas en la penumbra busco mi reloj. 12:07 dicen los numeritos. ¿A quién se le ocurre aspirar el hotel a la media noche? Estoy tan cansado que no tardo en recuperar mi sueño, pero me despierta el que alguien abre la puerta de mi cuarto y entra, digo algo y sólo escucho un “disculpe” en italiano. La persona sale y cierra la puerta. Seguro era la camarera, no sólo aspiran el pasillo a la media noche sino que además ni saben qué habitaciones están ocupadas y tratan de limpiarlos. Me levanto, echo el cerrojo y pongo la silla para impedir que alguien más se introduzca. Duermo otra vez y otra vez me despiertan algunos vecinos escandalosos. Decido levantarme y escribir lo que vi en Cinecitta, son las 4am. Me acuesto de nuevo y sueño muchas cosas, con una persona que es recurrente en mis sueños y a la que quiero mucho. Ella está esperándome en una gran librería giratoria, para llegar hasta donde está ella tengo que pasar calles muy peligrosas y oscuras. Cuando por fin llego ella sonríe, me saluda y desaparece, yo tengo que regresar a una calle llamada Canaán, pero de nuevo debo esquivar a muchos ladrones nocturnos, cuando por fin llego a esa calle, hay una pastelería gigantesca que tiene en la fachada pintado un mural con muchos personajes históricos, entre Shakespeare y Churchill están dos pitufos. Creo que entro a comer un pastel pero en eso desperté y veo 7:30 en mi reloj, justo la hora en que sirven el desayuno en el hotel. Abro la ventana y veo algo de luz en el cielo, aquí parece amanecer un poco tarde. Me baño rápido porque tengo mucha hambre y la boca extremadamente seca. Termino de bañarme y ya casi son las 8:00, me asomo de nuevo a la ventana y ¡el cielo está completamente oscuro! Empiezo a temer. Bajo a la recepción y con la mayor calma posible pregunto la hora. Me responden que son las 8:00, y con un poco de incomodidad pregunto: “¿de la mañana o de la noche?” La recepcionista me mira como si tuviera yo seis ojos y ocho brazos y me contesta: “de la noche, por supuesto”. ¡Oh!, creo que dormí demasiado. O sea que dormí toda la noche del 15 de septiembre y todo el día 16. Ahora todo está claro, mis ojos hinchados, mi boca seca, mi hambre feroz; soy un Rip Van Winckle en Roma que perdió un día de su vida soñando sin drogas en un cuarto de hotel. ‘Jet-Lag’ en su máxima expresión. Tengo la opción de un turismo vampírico. Pero no, ahora estoy desayunando-cenando, en lo que escribo esto, son casi las 10 de la noche, supongo que caminaré un poco y me iré a dormir para mañana, 17 de septiembre, empezar el día temprano. Día perdido.

Sept 16, 2008

diciembre 22, 2008 at 2:39 pm Deja un comentario

Mercenario con ética

No te pongas camisetas chico, no es cuestión de corazones, el tuyo mejor guárdalo para la persona correcta o para tu propia empresa antes de que la vendas. Lo mejor es ser un mercenario con ética, lo más profesional posible y quedarte donde más te conviene. Así te evitarás decepciones y mira que vale más prevenirlas porque la vida da muchas de a gratis. Pero ten cuidado de quitarte la camiseta, si es que te la pusiste, en época de fríos, mira que las pulmonías matan al igual que el hambre. Alguna vez me dijo una prostituta, si no compras no me quites el tiempo, pues aprende a decir lo mismo en los lugares que no te corresponden. Haz todo esto lo más temprano posible, mira que el tiempo pasa rápido y como muchas otras cosas en la vida, no perdona, y como pocas cosas en la vida, no negocia. Sé agradecido y no te hagas de enemigos, te lo digo por experiencia propia, esa es otra manera de dificultarse la vida, pero también evita la hipocresía, cuestiona la autoridad y procura no lamer botas, debe saber feo (eso no lo sé de cierto, pero lo supongo) y además es un feo espectáculo (lo he visto muchas veces). En fin, te lo digo para que no lo olvides, hoy que estoy bastante decepcionado, por no seguir mi regla del mercenario con ética.

diciembre 18, 2008 at 1:12 pm Deja un comentario

Road to Nowhere

Mi canción favorita de los Talking Heads. No sé si se aplica al momento actual, o si se encuentra siempre vigente, tal como las vigas en los ojos ajenos. Es el momento en el que empieza a notarse que David Byrne tiene inquietudes musicales más allá de su vieja banda. El video es realmente bueno, una de mis imágenes favoritas es el tipo persiguiendo el carrito de supermercado, hmmm, la otra es el tipo (Byrne) en la orilla de la carretera desértica con su traje de baño y su salvavidas inflable. Constante el sentimiento de esta canción, que por cierto no fue cantada en el concierto del sábado (no corresponde a ninguna colaboración de Byrne con Brian Eno). ¡Ah!, pero la escuchñe en el Metropólitan chilango y fue la locura (Byrne corriendo alrededor del excenario mientras cantaba). Sin duda una de mis canciones favoritas.

diciembre 16, 2008 at 1:53 pm Deja un comentario

No hay sorpresa

Lo vine diciendo desde hace tiempo. Lo dije… lo escribí. Pedro y el lobo hasta que pasó. Nadie lo creyó, ni yo. Y ahora, que ya es pasado y pasó, no estoy tan seguro, igual lo soñé. Pero no. De todos los adioses hay que elegir el que más acomode o usar uno para cada día. Así como empiezan las cosas acaban. No hay sorpresas.

diciembre 15, 2008 at 9:51 pm Deja un comentario

Roma

Parece que a Italia le gusta recibirme con tormentas. La vez pasada fue en Venecia, tan pronto llegué, se desató una fuerte lluvia que inundó la plaza de San Marcos y me obligó a comprar un mal paraguas, pero peor era nada y yo no sé nadar. Esta vez ha empezado a llover después de mi visita al Vaticano. Por la mañana, muy temprano, llegué a este país capital de una religión apenas milenaria, ni siquiera me tuve que formar para ingresar a la Basílica de San Pedro. La recorrí tranquilamente y salí. El cielo era entonces azul y el sol estaba en todo su esplendor, sin embargo hacía frío. En ese momento no encontré la capilla Sixtina. Una monja me sacó de mi error, el museo vaticano no es ese museo pequeño que está en la misma basílica, sino uno enorme y extenuante que está afuera, allí también está la famosa capilla cuyo techo pintó Miguel Ángel. La fila para entrar en el verdadero museo daba la vuelta a la cuadra, tardé bastante para ingresar. Una vez adentro miré salas y salas de arte religioso, grandes riquezas. Hay obras incluso de Dalí, de Botero, de Orozco, de Rivera, de Siqueiros y de Tamayo. Hay salas egipcias con todo y momias (del 1,500 a.C.). Un mueso inmenso con cosas sorprendentes por todos lados. Lo último en el recorrido es la capilla famosa. Ahora, sumen que recién venía de un vuelo transcontinental con una escala agotadora en Londres, que la noche anterior no había dormido, que desde temprano había recorrido el museo Vaticano y que en el estómago llevaba un jugo de naranja tamaño dedal, un café con leche y un croissant. Empecé a sentir que al entrar, en medio de un mar de gente, a la capilla, mis fuerzas se escapaban cual Houdini en su máximo esplendor. Creí que me desmayaría. Pero muchas eran mis ansias de ver una de las obras maestras de aquel que tiene varias (de hecho ese mismo día ya había visto La Piedad… de lejos y detrás de un grueso cristal, pudo haber sido un holograma y a mí me resultaba lo mismo, la vi pero no de cerca, en serio, pudo haber sido un truco y ni manera de comprobarlo). Dentro de la capilla, mirar para arriba y sentir ese sauna producido por muchos cuerpos humanos, encerrados, me mareó. Claustrofobia inmediata, temblor mezclado con debilidad. Tuve que apresurarme, dar un vistazo a la obra y buscar urgentemente la salida. No iba a hacer un santo ridículo en ese lugar. Que bueno que había dejado mi mochila en la paquetería, aunque temía un poco porque en ella había dejado 98% del dinero que llevaba para el viaje (que apenas comenzaba) y el pasaporte. Sali de la capilla y aún tuve que esquivar multitudes en los largos pasillos donde se exhiben innumerables mapas (tuve el valor de detenerme a contemplar algunos que llamaron mi atención). El vaticano NO debe recorrerse en un día, y menos si es tu primer día en Roma llegando desde otro continente lejano. Eso debe ser pecado. Cuando llegué a la paquetería casi me desmayo, no por el agotamiento, sino porque me dijeron que no encontraban mi mochila. Tras media hora de búsqueda, los empleados la encontraron al fin, mal registrada en la recepción. Salí del Vaticano con prisas y con la angustiosa necesidad de comer. En realidad lo primero que comí fue un helado de amarena (tentación irresistible), algo que me propuse comer a diario mientras estuviera en Italia. Para los que visiten Roma, sepan que el boleto del tren que lleva del aeropuerto a la ciudad (estación Termini), cuesta ahora 11 Euros (no hace mucho valía 8.50), aunque como va la crisis mundial quizás este aviso se quede obsoleto cuando el escrito sea publicado (si llega a serlo). Termino de escribir esto mientras me caigo de sueño. Me gustaría comentar lo de la lluvia y lo que más me llamó la atención del museo, pero ya necesito dormir.

Sept 15, 2008. Hotel Dolomiti, 21:45 Hrs. Roma, Italia.

La paloma, el águlia y una mano

La paloma, el águlia y una mano

diciembre 13, 2008 at 7:00 pm Deja un comentario

Etiquetas

Ya tengo boleto. El sábado, si no cancela como lo hizo Morrissey en ese mismo lugar, vuelvo a ver a David Byrne. el hombre renacentista de la música pop, tal como lo etiquetó una revista en este país y estos tiempos en que sin etiqueta no eres nada. Me pregunto cuál será mi etiqueta. Algunos dirán que soy un tipo raro (en toda la maldita extensión de la palabra), otros dirán que soy un autista funcional, habrá quienes digan que soy un buen amigo (hago lo que puedo, pero modestia al carajo, no siento que sea suficiente). No falta quien dice que no soy un buen hombre y quien diga que soy un muerto de hambre. Yo no podría definirme más que con mi propio nombre. El sábado veo a David Byrne, creo que será la cuarta vez que voy a un concierto suyo y no me canso, todos son excelentes y todos son diferentes.  Esta canción la ‘descubrí’ en el primer concierto de Byrne al que asistí (no, no fue el del Rei Momo en el Ángela Peralta, sino en el Metropólitan chilango cuando él promocionaba su Feelings). Es una canción que grabó con la Tex-mex Reinaqueen Selena, una de las últimas grabaciones de ella. Buena canción. Quiero hacer un programa de radio con mis divagaciones y la música que he coleccionado. El último que tuve me fue cancelado. En fin, buena canción y que a todos nos vaya bien bonito.

diciembre 9, 2008 at 1:53 pm Deja un comentario

Otra noche en el aeropuerto de Roma (sueño alterado)

Mala cosa, espero no olvidarla para la próxima vez: no hay que llegar a algún lado extraño, cualquier lado, después del anochecer si es que no se tiene de antemano un sitio dónde pasar la noche. La habitación de Roma estará disponible hasta las 11:30 am del día siguiente, yo llegué a la ciudad poco antes de la medianoche anterior (15 de septiembre). Tengo la mitad de un día que matar, con un par de mochilas y una maleta mediana que no puedo dejar en ningún lugar. En este aeropuerto ya pasé alguna vez una noche entera, no tengo sueño (son como las 4 pm en el punto de donde hoy provengo). Me siento cansado, pero no puedo dormir. Otra noche en vela en el aeropuerto de Roma, esta vez sin Charlie y la fábrica de chocolates. En este aeropuerto debo tener una especie de maldición insomne. Fui al Hilton que está cercano a este aeropuerto, a preguntar cuánto costaba una habitación sencilla, me dijeron que hoy sólo tienen disponibles cuartos ejecutivos, 400USD la noche. Definitivamente prefiero el aeropuerto, sé que tarde o temprano me hará falta ese dinero. Ya van varias veces que creen que soy italiano (el italiano feo, deben pensar, y a lo mejor se alegran pensando que ya encontraron la guja en el pajar), cuando hablo creen que soy español, hace un rato un árabe pensó que yo era de su pueblo. Adolezco de nacionalidad aparente. Veo por allí unos migrantes que, como yo, usan el aeropuerto para ahorrarse los gastos de una noche. Algunos se ven tristes, otros lucen desesperados, pero todos se ven cansados. Extraño mi colchón. Mañana (es decir, en unas horas), será un día difícil para mí. Pienso ir al Vaticano y recorrer sus museos, a ver de dónde saco energía para eso. Ya me dio sueño, pero no me puedo dormir. Este lugar es seguro, hay mucha gente y vigilantes. Aquí no llegan guardias con perros a correrte si no tienes boleto (como en las estaciones de trenes de Bruselas). Uno nunca sabe, ésta podría ser la penúltima vez en mi vida que estoy en este aeropuerto que ya me resulta tan familiar. Frente a mí hay una librería, en donde actualmente hay una gran foto con Sophia Loren y Marcello Mastroiani, junto a otra foto, igual de grande, que muestra a Roberto Benigni, arriba de cada foto dice en italiano: “llévate un pedazo de Italia contigo”. Hay un café que permanece abierto toda la noche, y que vende comida que parece haber sido preparada la semana pasada. Nada recomendable. Mi celular gringo no sirvió en Londres, y tampoco sirve en Roma. Al parecer sólo funciona en los EEUU y en México (es de sistema de prepago). Me pregunto si pronto tendré un ritmo normal de sueño. Trataré de dormir, por eso dejo ahora de escribir.

Sept 15, Aeropuerto Fumicino. Roma

diciembre 9, 2008 at 1:43 pm Deja un comentario

Older Posts


Mobtomas en Facebook

Creative commons

Licencia de Creative Commons
Mobtomas by Mobtomas is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Based on a work at srtaelania.wordpress.com.
Permissions beyond the scope of this license may be available at https://srtaelania.wordpress.com/.

Únete a otros 3 suscriptores

Archivos

Sitemeter