Generación X

Generación X. Generación Y. Apatía y falta de valores. Parecieran generaciones perdidas. Esa constante soberbia histórica que hace al ser humano sentirse diferente al del pasado. Los mayas no tenían computadoras, y sin embargo construyeron cosas que hoy asombran. Toda generación (sin alfabeto al final) ha pensado que la nueva generación es rebelde, apática y que tiene menos valores que la anterior. Un poco de cierto hay en esto, pero no es nada nuevo. Llega el momento en que se pierde todo, en que los imperios caen y las sociedades llegan casi a la disolvencia del azúcar en el café (con o sin leche) y luego… de nuevo renace, un imperio se gesta y la misma ruta se recorre de nuevo. El punto es que la historia es circular, y a pesar de que haya evidencias que me contradigan, lo defectuoso no es la generación, sino la especie misma. Ni modo, así nos tocó vivir. Y cuando sientes que nunca te alcanza el tiempo, lo más probable es que tu ambición sea desmesurada o tu organización muy pobre.

La Madonna vieja

Una madonna vieja en un auto nuevo. Yo en el otoño que se despide del puerto existencial sin fiesta ni jolgorio. Invierno a la vuelta de la esquina. Margaritas deshojadas y el piso no está cubierto de pétalos, más parecen cascarons rotos. El homelette (los huevos que rompió hamlet en lo que decidía ser) cobró víctimas. Cruces que parecieron buenos en su momento terminaron siendo inservibles. El que no vive para servir no sirve para vivir (quizás es el lema profesional de los meseros, pero ni ellos le hacen caso). La madonna vieja lleva prisa. No me burlo, ella puede pensar de mí que soy un jaun bautista con la cabeza puesta sin sentido y sin batuta. A estas alturas no sé si es la indiferencia y la indolencia las que hacen que no duelan tanto las caídas. Sólo se tienen dos mejillas y dejár que te las abofeteen después de las siete veces setenta y siete ya es demasiado. La vida no debe ser un cuadrilátero de box. La madonna vieja rebasa mi auto y yo despierto ante la luz roja que me impide avanzar.

A dos años

Dos años. Segundo aniversario. Y entre esa fecha y ahora ha pasado mucho. Demasiada agua bajo el puente que se cae y se reconstruye. No hay ingeniero que pueda arreglarlo. Dos años y nadie es diferente, tampoco somos los mismos. Bastaron dos años de los ocho en total para acelerar las cosas. Sigo creyendo, aunque ya no tenga religión.

Ojalá que Dios exista

Falta de disciplina. Debo encontrar un cuento para meterlo a concurso. Mientras tanto la gente me sorprende de nuevo. Ayer quise actualizar el blog de los escritos ‘públicos’ y me encontré con uno de hace algún tiempo que me impresionó personalmente. Era sobre mi deseo de que realmente exista Dios y que´´este fuera lo que creemos que simboliza más allá de su antropomorfismo (amor y justicia). Creí que sería mal recibido, como si pusiera en duda la existencia de un ser divino y pensé que recibiría malos comentario (ayyy la vanidad), pero lo puse porque es sincero, casi todo lo que escribo lo es, al menos en el momento en que lo escribo. Ese escrito tiene vigencia, apra mí. El punto es que resultó lo contrario de lo que esperaba. A la gente le gustó. Me vuelvoa sorprender. Ayer vi una película que me agradó mucho «En Brujas». Hace tiempo que no veía una historia tan bien escrita, todas las piezas embonan corractamente. Me gustó. Me recordó algo que yo llevo años pensando: el suicida, justo en el momento de ‘ya no hay retorno’, ¿¿pensará o descubrirá que al final sí le gustaba vivir y se arrepiente de acortar su vida? A veces puede pasar. Quizás ese fue el inicio de esa historia. Pero bueno. Esto es suficiente para hoy en este blog que es un blog cualquiera.

y sin embargo…

Y sin embargo… No fui yo, quien creí ser. O lo dejé ir, sin querer. Comimos lo mismo y yo no pude adivinar nada, sólo se que al comer demostraste tener más sesos que yo. Asumiste muchas cosas, sumando un poquito de más, al final resultó ser una sustracción. El perdón y las disculpas quedan fuera de lugar, soy el mismo y sin embargo… Fin del libro en el mismo parque, importante, que siempre tenía viento de despedida entre sus árboles. El atardecer, cabalgando al ocaso sin caballo y sin tomarte de la mano. Sólo me quedó la canción, que de cierta no tuvo nada.

Blog, es una fea palabra

¿Y  a quién le importra un blog? Igual ni al que lo escribe. Entonces ¿cuál es su sentido? Hmmm posiblemente hacer una confesión, sentir que lo que uno dice es interesante o qué se yo. El punto es que he observado que la gente, cuando sigue un blog, siempre espera algo nuevo, muy rara vez leen cosas o entradas anteriores a la última. De repente me produce náusea tanta lñetra, tanta desesperación por atención. El de Mobtomas cumplió el domingo un año y ha sido leído y comentado (lo cual agradezco mucho), pero igual y ya ha cumplido su cometido y es hora de acometer con él. Había pensado tronar primero éste, que nadie, o casi nadie lee, y seguir escribiendo en el otro, pero no, creo que dejaré que la suerte la decida una moneda. Igual y nomás ando hoy de no muy buen humor para con los mentados blogs.

Una entrada cualquiera

Estoy leyendo una obra de teatro de Eugene O’neil, se llama hmm creo que «más allá del horizonte». Por un lado parece que muy atrás quedaron los días en que leía las obras de teatro de un solo tirpon (llevo tres días con ésta). Es interesante, muy deprimente, pero interesante. Es una colección de frustraciones intelectuales que no adivino bien si tienen la intención de hacer reflexionar al lector/espectador o deprimirle la vida. Igual ambas cosas. Me llama la atención que la historia tenga en apariencia tanto que ver con la vida del autor (viene un resumen escuálido/escueto al inicio del libro). Pero a la vez no me asombra tanto, a menos que uno tenga una imaginación genial, no puede escribir más que de sí mismo. Shakespeare, como madre, sólo hay uno. De O’neil tengo ganas de leer la obra que sigue, titulada Emperor Jones, creo que está basada en el tipo que quiso ser un emperador en haití (historia trste que ya me conozco, pero me da curiosidad leer la obra. Esto ya tiene pinta de ser un blog cualquiera de un cualquiera. Ah, también estoy escuchando el nuevo CD de U2 y mi conclusión es: no hay que hacerse grandes expectativas (así se debió titular en español la obra de Dickens, en vez de grandes esperanzas, pero bueno, traductor traidor, dicen que se dice), para evitar grandes desilusiones. No es que esté malo, de hecho no es malo, pero igual a mi edad las cosas ya no se digieren fácilmente.  Bueno hablando de incoherencias, no, no, no he mentido en este blog, para nada, y no hay incoherencias. Tengo sospechas de que ya no soy el mismo.

1564 rounds y perder

No pasa nada. Cuando la ruta se devía es como el árbol que crece torcido. EL agua contaminada ya no es buena para beber. Así pasa, pasa las pasas dicen que dicen en la iglesia. Otra despedida sin necesidad, pues al parecer la correcta era la primera. Se hizo lo que se pudo (que no siempre es lo apropiado, uno es humano y también con capacidades limitadas… discapacitados emocionales). Es jodido quedarse para ver quién cae primero. En la lona arrojo la toalla, al fin que ni estaba compitiendo.

No es sano

Inercia. Pones en neutral la velocidad y dejas que la gravedad se encargue. Aunque la cosa haya dejado de ser grave. La cuestión no era jugar, y se tomó como un juego. Todo se acaba y los juegos terminana aburriendo (¿acaso no te acuerdas de tu infancia?).  A veces la negatividad reina.

Competencias leales o desleales, desplazamientos y ausencias suplantadas. Jamás quise entrar en una comptenecia. Y no se vale regresar sólo porque se envidia la felicidad de la otra persona y hay que amargársela. No es sano.