Archive for junio, 2009

¿Y?

10 mil visitas en el blog. Tomaré eso como el libro que ya escribí. Ya me oriné en un árbol (de menos) y creo que sembré otro en una ocasión. El hijo, que me perdonen, ese ya lo veo difícil a estas alturas. Demostré lo que tenía que demostrar, dije lo que quería y me tragué muchas de mis propias palabras. Ahora a trabajar en el sobrepeso. A dejar lo que tenga que ser dejado y recuperar lo que se pueda. No es declaración, no es definitiva. Todo cambia como el viento, pero como que ya ando cansado de querer cambiar el mundo, y soy ya demasiado viejo para cambiarme. La gente pendeja, pendeja nos quedaremos. Realmente quiero que no me importe lo que no vale la pena siquiera voltear a ver. A la jodida los políticos. Al infierno los medios de comunicación. Al carajo los enajenados por el futbol. Y que la lluvia de piedras nos sepulte a todos. Nadie saldrá vivo de aquí, así que al menos hay que vivr sin mortificarse tanto.

junio 30, 2009 at 2:02 am Deja un comentario

Hablar y callar (y los tres tipos de gente a ese respecto)

Hay tres tipos de gente: los que alzan la voz primero cuando algo pasa, los segundos en alzar la voz cuando alguien la alza primero y los que se quedan callados. Los últimos se dividen en dos: los que callan y no dicen nada ni a sus más íntimos rincones, y los que se acercan a susurrarle al que alza primero la voz que están de acuerdo con él, que lo apoyan. El último tipo me produce náuseas.

junio 29, 2009 at 4:12 pm Deja un comentario

De regreso

De regreso a las cuatro paredes, saliendo de las otras cuatro. De la intoxicación de mi sola presencia a la intoxicación de mi sola presencia rodeada de presencias non-gratas (pero no todas). El hombre es un ser social por naturaleza, me consta, sólo no la hago, pero tampoco acompañado. Entonces me conduce a la idea de que igual no vivo para servir (obvio), ¿serviré para vivir? Cuentionamientos existenciales, totales. No sé. Pero no está en mis planes pegarme un tiro. La rabia insolente ya fue temporalmente vacunada. Me vuelvo a poner en el asiento de espectador. El protagónico dramático no me gustó. Y tengo curiosidad, qué onda, no hay respuestas en la religión, voy a asomarme al tarot. No quiero futuro, quiero saber más, por dónde va la cosa. La carta que me salió respecto al trabajo es la del Colgado. La que me salió para las relaciones amorosas fue la Rueda de la Fortuna, atinada. Y la de mi estado de ánimo fue la del Juicio. No quiero ser juez, no puedo, me voy al banquillo de los testigos. Testigo ocular no es lo mismo que testicular. No me faltan las fuerzas, de hecho las he sacado de algún lugar. No hay mal que por bien no venga y ya empiezo a sentir los beneficios de que mi auto esté en el taller (no vale ser dependiente de nadie, mucho menos de una máquina). He caminado mucho y eso igual ha ayudado a que se me acomoden las ideas o, bien, a que ponga cada cosa en su lugar. Hay mucha soberbia, pero al final me importa un carajo el marcador de futbol, la frase de moda en la tele o el chiste político del momento.

junio 29, 2009 at 3:32 pm Deja un comentario

Racha de mala suerte

Semana que pesó una tonelada. Se sintió como 10 minutos, sin oxígeno y bajo el agua. Trabajos hasta más allá de mi más larga cana. Mala suerte. Me cargó la chingada. Me chocaron el coche, y no llevaba mi seguro. Se fue libre el del error y yo creyendo que no pasó nada, me la voy a pasas tres semanas sin auto. La burguesía me ha ablandado. Luego rompimientos y alejamientos, mea culpa, y la culpa en forma de perro me orinó. Por ser el que quiso saltar primero al bote salvavidas y huir, me hundí porque la lancha parecía queso gruyere. Típico villano insolentemente egoísta de película de catástrofe de los 70. En la sobriedad de la noche me arrepiento en vano. No voy a cambiar, sólo espero que cambien los astros.

junio 27, 2009 at 3:25 am Deja un comentario

Molestia

10, 9, 8… Festejar el año nuevo mientras se muere poco a poco el mismo que festejamos 365 días atrás. No estoy peleado con nada, quizás con todo. Molesto por los encuentros que irremediablemente desembocan en separaciones, a menos que se apendeje uno y permita que la rutina y la costumbre nos pudran vivos. Enojado porque a quien le diste el corazón se vuelve una extraña que ya no te reconoce más. Porque tú eres también un extraño para ti. Tratar de evitar que se desborde la presa poniendo pinchurrientas curitas en las grietas. El coyote tratando de usar un paraguas para no ser aplastado por la roca. Molesto por el simple hecho que me moleste. 7, 6, 5.. Fingir demencia, estar siempre a la defensiva, tener celos y envidia de cualquier pendejo y sentirme cualquier pendejo también. Todos somos iguales, no hay distinción. No eras tan especial, ni yo tampoco. Metámonos en la maldita generalidad de que todos somos iguales. Especie perdida, malnacida. Somos imagen y semejanza de alguien… dicen, eso explica porqué todo sea como es. Presumimos inteligencia y esas plumas de pavo nos evitan ver que feos somos en realidad. Pa’ qué escribir, ¿qué diantres me hace decir esto? A nadie le importa y sin embargo…

junio 23, 2009 at 7:33 pm Deja un comentario

Kung fú y sus secretos de clóset (sin Victoria)

Recuerdo la serie. El pequeño saltamontes, el fulano chino maestro en artes marciales entrenado por un viejito precursor de Yoda, que además era ciego (o persona de capacidades diferentes que está impedida a gozar de los colores a través de los ojos pero que oye mejor que los demás seres con otras características especiales). No sé cómo se escribe pero el nombre del vagabundo golpeador era cuan chan kein, así me sonaba. Él iba pacíficamente por el viejo oeste, llegaba a pueblos y desfacía entuertos (quizás dejando algunos villanos tuertos en su camino). Nadie daba un centavo por el pobre diablo, pero a la hora de los golpes, nadie le podía ganar. Kung Fu. Para solazarse tocaba la flauta. Años después el mismo cuan chan caine era Bill. El del amor apache con Uma Thurman en una Tarantinada. Era el jefe de una banda de matones, él para solazarse también tocaba la flauta. Pero David Carradine, el actor que dio vida a ambos, fue encontrado muerto en un clóset, de una manera similar a la que fue en 1997 encontrado Michael Hutchence (cantante australiano de INXS), es decir, realizando un macabro paso de la muerte para encontrar autosatisfacción sexual (y mick jagger canta en un rincón). Manipulación propia y asfixia, un extraño coctel. David para solazarse, al igual que sus personajes, también blandía instrumentos. Salió del clóset demasiado tarde, pero igual y murió feliz. Nadie es perfecto y el que esté libre de mácula que sea llevado al cielo, tal cual, en un elevador de nubes. Aunque no juzgo, si se siente feo ver ese final para el que interpretó al chino que yo veía en la tele, cuando era pequeño, y de quien envidié un poco los viajes. Después, con la misma trama, llegó el Hulk, misma historia, pero en vez de artes marciales el nuevo usaba rayos gamma y un colorante verde (gastando millonadas en ropa que siempre se rompía, pero curiosamente jamás amanecía en pelotas… series familiares, supongo). Quien iba a pensar que el pequeño saltamontes acabaría así, en un clóset. Mi memoria se queda el quijote chino y su maestro ciego.

junio 12, 2009 at 3:12 pm Deja un comentario

Obviedad

El teléfono deja de cantar. La carta del as solitario es la única que guardas en tu manga, y de nada sirve el as sin sus hermanas. Las caricaturas japonesas desbordan popularidad, a veces porque es la única pornografía permitida. ¿Y la tía?, encerrada en algún diván, preguntándose qué es lo que hizo mal, no fue un tamal. Dicen que la angustia de la vida nace de la toma de decisiones, por eso lo mejor es tomar lo que viene bien sellado y embotellado. Estar aquí no es lo mejor, pero prefiero estar en el sitio que se acerca más a ser un hogar. En cualquier punto del planeta es potencialmente factible encontrar a alguien con quien charlar, el problema es la comunión, aunque no sea la primera. La primavera de tornasoladas temperaturas está pasando que vuela y yo no paso a ciertas personas ni tragando un vaso de agua. la banana sirve sólo para pastillas. Lo he pensado demasiado y llego al mismo inicio. Vueltas y vueltas como un tío vivo que yace muerto en algún rincón de Comalá. Nada que ver con la tía cartesiana. Leí esta mañana un artículo sobre Walt Whitman, pomposamente  escrito con escamas de poesía. El autor quise ser más poeta que el motivo de sus letras y abusando de oscuras palabras se sintió laureado al ver su artículo escrito. Mis letras no son bucólicas (en otras ocasiones jamás usaría semejante palabra). Los pastores siempre huelen a campo ya caca de borrego. El sexo es un arma, una trampa la mayor parte del tiempo efectiva. Prometer no empobrece y hay quienes gozan de masticar anzuelos. No encuentro la moneda que me ayuda a tomar las decisiones ejecutivas. Al final puede que para el mundo uno tome el camino equivocado, ¿qué importa lo que piense el mundo si uno cree que está haciendo lo correcto? Pero siempre hay que tener cuidado con la soberbia, más cuando está mezclada de ceguera. La suerte está echada, y de vez en cuando se levanta. Quizás leve anclas, pero no para el lugar que todos esperan.

junio 9, 2009 at 12:52 pm Deja un comentario


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