Cualquier semejanza con la realidad es mera coincidencia

Mamá desauciada. Mamá cariñosa. Sabe que su hijo es un bebé que no comprenderá, pero la enfermedad no puede esperar a que él comprenda. Graba un video en el que le dice cuánto lo amo, aún tan pequeño, y deseándole lo mejor en la vida que ella no atestiguará. Papá, un imbécil, sube el video a internet tan pronto ella muere; conviertiendo el legado en un vil acto del circo mediático para enternecer corazones.

Meditabundo en espera del tren. Subterráneo que conduce al infierno. Nunca hizo caso a la línea de precaución, ¿para qué si hasta ahora no le ha pasado nada? Medita en las rentas, en la vivienda y en hacienda; piensa en la despensa y en sus exesposas que no tienen llena. Piensa en descansar de su trabajo de mierda. Mientras meditabundea, se le acerca una mujer de la calle que murmura entre dientes lenguas muertas. Se acerca al meditabundo, lo empuja, arrojándolo a las vías justo cuando llega el tren. El sistema de seguridad lo capta todo en video, un imbécil policía decide subir las imágenes a internet. Eso termina siendo un acto del circo mediático para entretener barrigones.

Ranchero tecnológico. Macho basura blanca con revólver, vive en el país de la libertad donde ésta y la paz se ejercen teniendo armas. Su hija dijo algo malo de él en una red social. El ranchero supo cuál era la lección exacta. Sacó la cámara de video y la empotró al lado del granero, la enfocó hacia una silla en la que se sentó, y comenzó a grabar. Dejó la computadora de su hija en el suelo y desenfundó el revólver, dio un discurso a su hija, llamándola hijadeputa, y para que no volviera a hacer lo que hizo disparó seis bala a la comPUTAdora de la niña, que tanto había costado al ranchero. «La siguiente vez serás tú en vez de ella, cabrona», dijo satisfecho como colofón al video. Después subió todo a internet, para exhibir su gran ejemplo. Esto terminó siendo un acto del circo mediático para aleccionar imbéciles en la mayor imbecilidad.

Padre afroamericano, más negro del alma, se administraba su dosis diaria de evasión por las venas cuando su hijo de seis años lo interrumpió. El padre reprendió al hijo, el hijo tiró un puñetazo al padre. El padre tiene buena educación, Bíblica y santa, ató las manos y pies de su hijo con cinta resistente, y también con ella le selló la boca. Así lo dejó toda la noche. En algún momento, el padre le tomó una foto al niño amagado y la subió a su red social en internet. Eso terminó siendo un acto del circo mediático para hacer patente que los hijos deben respetar a su padres.

Diario hay gente, de cualquier edad, de cualquier sexo, que desean ser igual de famosos que todos los anteriores. Así que cualquier nimiedad que hacen en sus vidas la suben a internet. Un día, hartos de ser como cualquier otro, de realizar las mismas cosas pequeñas, realizarán un acto bestial, para que les aplaudan en el circo mediático, donde los cerdos se regocijan y los idiotas creen que piensan.

Todos estos son signos de mis últimos tiempos.

mal y de malas

rachas de mala suerte.
años de desgracias por espejos rotos, por gatos negros que cruzaron en sus caminos.
corazones en pedazos regados por los suelos.
lágrimas que corren formando océanos
lluvia de escupitajos caída del cielo.
el rostro de Dios completamente negado.
sin poder ver tampoco la sonrisa del Diablo.
blues citadinos o campiranos de profundo sentimiento.
el alcohol corriendo, bajando y bajándolos hacia el infierno.
prisiones de desgracia, condenas de cadena perpetua.
gente que no ve nacer el sol y sólo se carcome en lluviosos mediodías.
no hay melodías que llenen sus vidas vacías.
edificios grises con muchas personas adentro.
soledades hacinadas, multitudes sofocadas, asesinos potenciados.
depresiones presionantes. niños armados.
vejez prematura en primaveras perdidas.
los dados nunca suelen favorecerles con números.
la generosidad es un término abstracto.
todo es izquierdo, todo es negro.
rachas de mala suerte que no acaban.
ahí ni rezar es bueno.

Esperando

Intenté ser bueno como lo dice el Libro. También malo como lo alaba la gente.
Traté de caminar por el lodo sin ensuciarme, aunque dicen que la suciedad ya la tenía desde antes de nacer. ¡Que original!
Probé enlodar mi alma en el fango social, pero jamás me manché lo suficiente como para producir aplausos.
Intenté ser la manzana que no daña a las demás. Intenté ser una mala influencia.
Pero uno propone y Dios dispone. No fui ni para adelante ni hacia atrás en la recta numérica de la moral.
Traté de andar por el camino de los justos, pero las casetas de cobro no tenían cambio para mí.
Corrí por los caminos de la perdición pero siempre me faltó velocidad.
Hice lo que pude, creí en el tronco de plomo en el naufragio. Y no flotó, como no flotan los plátanos.
Me até entonces una piedra de molino al cuello y terminé varado en la playa sin turismo.
Quise terminar pronto mis tareas, pero nadie se va de aquí antes de tiempo. Nadie, ni los suicidas.
Así que con poca paciencia espero.
Como no pude ser bueno, ni me interesa ya ser malo, soy la nulidad, la sombra que flota.
Sin ser seducido por el Diablo, sin ser convencido por Dios, vago como el judío errante, marcado con el hierro de la tibieza.
Espero sin celebrar nada religioso, ni cometer el error de alegrarme por el cumpleaños de Newton.
No apoyo nada ni me opongo a nada. No creo en lo que veo, y tampoco en lo que dicen que hay que ver.
No me contagian los optimistas, y no quiero la medalla de oro de los pesismistas.
Me voy por mi camino, sin compañía ni consejo.
Así es como uno se hace realmente viejo.
Esperando a que llegue mi momento. Siendo vomitado por Dios todo este tiempo.

Fin de año y tradiciones extrañas

Durante el fin de año suelen destacarse las fiestas, los excesos y particularmente las celebraciones extrañas. La mayoría de éstas giran al rededor de la desesperación por encontrar pareja.
Leí que en la República Checa las mujeres solteras realizan el siguiente ritual en Nochebuena, para averiguar si se casarán al año siguiente: de espaldas a la puerta de la casa, arrojan un zapato (de tacón alto y tiene que ser de ellas) por encima de su hombro. Si el zapato cae con el talón apuntando hacia la puerta, ella la mujer seguirá soltera un año mas. Si la punta del zapato apunta hacia la puerta, ella dejará la casa de sus padres el año siguiente.
Recuerdo que un primo mío al que le oprimía la angustia de seguir soltero, siguió los conselos de su madre y en Nochebuena se puso a danzar arriba del lavadero de la casa. No recuerdo si lo hizo vestido sólo con tanga de leopardo, o el detalle d ela tanga de leopardo me lo inventé para hacer más pintoresca la historia. El tipo no se casó en el año que siguió, ni en los tres posteriores a ese. De hecho creo que no se ha casado, sólo encontró una divorciada desesperada con tres hijos y vive con ella. La divorciada lo maltrata y él vive una feliz relación apache con ella, queriendo a los hijos como propios.
No faltan los locos que durante la noche del 31 de diciembre, se ponen calzones rojos para atraer el amor. tampoco tengo registrado si ese signo de desesperación provoca que la gente encuentre pareja o que intensifique su vida sexual.
La más difundida, y con la que aún tengo pesadillas, es la que consiste en salir a dar la vuelta a la cuadra con una maleta el 31 de dieicmebre, para poder viajar el año que recién va a iniciar. Recuerdo que algunas personas conocidas mías lo han hecho y no por eso traspasaron las fronteras de su comunidad durante años.
Está la tradición de pepinillo en el árbol que hacen en Alemania durante la Navidad. No, nada de connotaciones sexuales, creo, ueno no sé, uno nunca sabe dónde hay doble sentido. El caso es que el último adorno que ponen en su árbol, según cuentan, es un pepinillo, y el niño que primero lo encuentra se hace acreedor a un regalo especial.
Hay gente que tiene como tradición ver «It’s a Wonderful life» la noche del 24 o durante el 25. Otros prefieen ver el grinch. Hay incluso quienes van a misa para recordar el nacimiento de Jesucristo (en Caracas dicen que la gente acostumbra ir a misa ese día patinando).
La más curiosa de todas se debe a la extendida creencia (quizá impuesta) de que las celebraciones deben pasarse con la pareja o ya de perdida con la familia. Los solteros y descastados se deprimen ante tal imposición, y acostumbran extrañar y añorar lo que tuvieron o lo que jamás han tenido en esas fechas. Por lo general el ritual lo culminan quitándose la vida.
En fin, que el fin de año es un tiempo de excesos y de tradiciones extrañas, nadie lo duda.

Querido Santa

Querido santa,

Te escribo porque no tengo a nadie con quien expesar esto. No, no estoy tan solo, ni tan mal acompañado, simplemente nadie entiende. Como sé que tú ni siquiera existes, he decidido perder mi tiempo contigo. Así, no pierdo nada y tú al ser nada, nada ganas.

En el columpio de emociones que es mi vida, a veces en un extremo lamentando ser testigo de tanta estupidez y maldad, otras lo suficientemente embelesado con las maravillas existenciales como para pensar en negativismos, he notado que difícilmente nos quedamos en un punto, y cuando lo hacemos, muy rara vez es en el medio.

Amamos con locura u odiamos con rabia. Cada día que pasa nos abaratamos más. El hastío nos va carcomiendo y simulamos ser más pasionales. Eso es nuestra actual mentira. Nos abaratamos elogiando la vida, la salud, la juventud; cosa que empezamos a hacer principalmente cuando esas tres nos van abandonando.

La gente va aprendiendo a caminar con muletillas, tratando de forjar ideas o frases, que aunque insulsas, queden como un sello de la persona, cuando ésta se haye muerto. Pero no, ahora ni eso, antes cada quien trataba de inventar su frase, o de plagiarla de algún libro que nadie lee. Ahora todos repetimos las «originalidades» recicladas que vemos en TV.

Renunciamos a la individualidad con tal de sofocar esa soledad que nos agobia. Ser parte del rebaño es menos desagradable que ser un abandonado.

Algo nos hace recordar nuestra vida miserable, aunque vivamos en la opulencia, y cuando tal recuerdo nos golpea en la frente, decidimos evadirnos comprando, fumando o bebiendo.

Siempre vivimos corriendo.

Pensé que expresar todas estas ideas, aunque sea a alguien en cuya existencia no creo, me haría sentir mejor o aliviado. Con desilusión veo que no.

Tras perder algunos minutos arrojando estos conceptos que nadie quiere aceptar, y mucho menos enfrentar, termino sientiendo de manera aún más profunda que todo es un desperidicio.

P.D. Por si acaso existes, te pido una tarjeta de crédito, una caja de Marlboro y un buen vodka.

Feliz Navidad

Recuento de 2012

Viendo en perfiles de la gente en Facebook esa modalidad de el año de esa persona en imágenes, me doy cuenta que realmente el secreto de ese servicio es proporcionarle los minutos warholianos a cualquiera. Mientras seamos felices, ¿qué importa la farsa? Celebridad pitera para todos. «Fortune and glory kid».
Mi 2012, no quisiera ser siniestro ni pesimista, fue un vagón más del tren que sigue el camino de la madurez cualquiera, montonera y sin nada especial, más que la cuenta de facebook, claro. Los años pesaron lo doble en el 2012.
Siguen las cosas saliendo bien, tengo trabajo aún, pero el panorama de la adultez, ser escupido del Nunca jamás, no es lindo.
Sí, sigo leyendo, sigo escribiendo, sigo teniendo la fortuna de conocer grandes y excelentes personas, muy especiales, y lo valoro en verdad; pero en general me invade un cansancio y un desencanto enormes.
Me doy cuenta que no puedes depender de nada, ni de los planes a futuro para tu inminente e inmunda vejez. «De aquí a la eternidad» tenía razón, creo que en la escena final, la de un barco zarpando. No se pueden hacer planes, siempre sucede algo que te los rompe o aparece alguien que te rompe.
Afortunadamente parece que ese simil de jesús acerca de las aves del cielo, me aplica a mí. Pí pí pí.
Puidera estar, a pesar de todo lo que digo, estar viviendo a la mitad de mi vida. No es poco común que los seres (in)humanos lleguen a vivir 80 y 90 años (putos avances médicos). ¿O sea que de aquí en adelante todo me será difícil y cuesta arriba por la misma cantidad de años? Tableta muy dura de tragar.
2012 es un 2011 y un 2010 continuado, los tres son uno para mí.
La idiotez reina en el munndo, se extinguen los twinkies, las malditas catástrofes naturales se multiplican como los pobres y no falta de vez en cuando un imbécil dispuesto a disparar en escuelas en los EEUU.
Alguien tuvo la ocurrencia y osadía de decirme que mi percepción del mundo sería muy diferente si tuviera un hijo. Puede que la osada ocurrente tenga razón, pero eso de tener un hijo sólo fue un plan que cruzó cinco minutos por mi mente en algún pasado. Mantengo lo que muchos han desmantenido: no soy capaz (por voluntad) de traer un ser a este mundo, o de participar en ello. Además, por lo general la idea era estar siempre listo para empacar e irme. En cualquier momento y a cualquier lugar. No anlcas. Un hijo, por muy maravilloso que sea, es un lastre; sí lastre de amor si se quiere, pero lastre al fin. Soy demasiado egoista para eso. Pero ya ven, uno propone y quien tiene agarrado el mango de la Gran Sartén es quien dispone.
Al menos soy honesto y coherente.
No es que vea las cosas tan negativas siempre, de ser así hubiera muerto a los 20.
Sólo que cuesta trabajo estar con la sonrisa constante y sonante.
No sé cuánto más seguiré en este mundo absurdo, no sé si soporte otro años como el 2010-2012 de manera tan estoica como lo he hecho, sin querer decir nada dramático. El punto es que me alegra que se acabe este año, y aunque los límites cronológicos son arbitrarios, y no creo en ellos, me alegra que se termine.
Por eso no me atrevería a poner en mi cuenta de facebook un recuento en imágenes de algo que prefiero se pudra en el olvido.

45

Agosto de 1967. mucho verano del amor, Peace and Love. A la vuelta de la esquina Altamont, protestas por Vietnam, 1968. El hombre en la luna representando un logro que abría abismos de diferencias sociales, o al menos los hacía palpables.
Pasaron años, guerra fría, Reagan, caída de muros. Pero todo bajo control, todos aceptando cu papel en la farsa. Mientras la tragedía seguía amunetando el volumen de su gran panza. 2000-2010, la nada seguía aparente. Hasta que reventó el globo. curiosamente me hago consciente de mi edad en el momento en que el mundo comienza a heder a 1968.
Redes sociales, protestas y tragedias. Guerra arrastrada por varios años contra el Medio Oriente. Y yo creciendo, aceptando papeles que no pedí, no sé si a la fuerza, no lo creo, porque si no me hubiera desaparecido. Y aquí sigo.
El mundo no es, nunca ha sido, perfecto, hay momento peores que otros. Ahora se percibe un cambio, pero que a mi paecer 8apostando segpun las lecciones de historia) será aparente.
Llevarán a la tragedia al hospital, tripas derramadas de todo lo que comió en tantos años. PUM de explosión. La anestesiarán, le darán de comer, despertará y así hasta que se le reviente la panza de nuevo.
No hay nada nuevo bajo el sol.
Eclesiastés revivido. Todo es lo mismo. Sin embargo siempre tan en apariencia distinto.

uUUUuuuuUUUUUuuuuuUUUUuuuUUU (Blues de la ambulancia)

La sirena a mucha velocidad.
No importa que te tapes los oídos con cera, aún sin eso jamás te seducirá.
Llora más fuerte cuando entra de repente al embotellamiento de hora pico. Pico de ave de mal agüero.
El enfermo dentro de la ambulancia con la ruidosa sirena, nada serena, respira cada vez menos.
Los paramédicos preocupados.
Más rápido que la ambulancia anda una tortuga con las patas amputadas.
¡Puta madre!, dice quien conduce el vehículo de emergencias.
Los conductores de los demás autos se estresan cada vez más, al ver que la ambulancia no tiene por donde pasar.
Sirena a todo pulmón canta su jodida canción.
Los conductores se preocupan porque no saben hacia dónde moverse, sin pensar que no hay espacios vacíos para dónde hacerse.
Las ventas de autos este año se han incrementado, las facilidades para hacerse de uno son más sencillas que la ninfómana sin moral con mucha comezón, o que el adicto al sexo que no pone reparos mientras se descompone. Hay necesidades de todo tipo en este mundo.
Todo mundo tiene un auto, pero cada vez hay menos lugares para usarlo, para estacionarlo. Deberían inventar unos que quepan en el hoyo trasero de quienes permiten la sobreproducción.
¡Puta madre!, parece que es lo único que sabe decir quien conduce la ambulancia. La sirena grita y grita.
Como milagro del Cielo, -enviado de repente al mundo de los neumáticos de hule, del CO2 de escapes, del combustible quemado que hará que los polos sean cada vez más calientes y las parejas cada vez más indiferentes, de los rosados pulmones de todos que al respirar en esta ciudad se hacen negros como el carbón o como el cabrón que se armó de valor y comenzó la rebelión Zulu…-, como enviado del Cielo aparece frente a la ambulancia un hueco por el cual pasar.
Breve resquicio, entre tanta bestial máquina, por el cual la ambulacia puede pasar Y pasó, pero también lo hizo el impaciente paciente.
La ambulancia pudo avanzar, pasando entre los demás autos. El paciente mientras tanto, dando su último suspiro, pasó, pero a mejor vida.