Empacar e irse

No estaré allí para ti

Me querías, lo juraste sobre la tumba de mi madre. Dijiste que lo jurarías por la tuya pero eso era de mal agüero, más estando tan viva. Me amabas, dijiste, como no habías amado a nadie.Tras el compromiso, el rito con todo y anillo, aunque sin diamante, exactamente en la noche de luna de miel, mientras olías una floreciente magnolia, decidiste irte a conocer el mundo con un jugador de cartas marcadas que conociste en nuestra boda.
Dijiste que de ese modo serías más feliz, que tenía que ser así. Tras tu partida yo decidí empacar e irme para que cuando regresaras no me encontrarás allí.

Pasó lentamente el tiempo, y no recibí una llamada tuya. Vamos, ni siquiera una postal. Esperaba acostado, mirando la linea luminosa debajo de la puerta, durante horas y horas, por si acaso divisaba tus pisadas. Y nada. Nada de nada, sólo los cambios de luz en los días. Meses después de tu escapada volviste a casa diciendo que el tahúr no era lo que querías, que sus ases bajo la manga te habían cansado y que el verdadero amor era el que en mí habías encontrado. Te lo creí, durante dos semanas, hasta que huiste con el vendedor que llegó a ofrecerte un abrigo. Dijiste que te sentías asfixiada conmigo, que tenía que ser así. Tras tu partida yo decidí empacar e irme para que cuando regresaras no me encontrarás allí.

Dos años sin saber noticias tuyas, yo estaba casi terminando de empacar mis cosas para largarme definitivamente, cuando de repente regresaste, diciendo que al tipo comerciante se le acabó la mercancía y se hizo comediante. Dijiste que yo era el único que te hacía volar y soñar. Felizmente lo creí hasta que conociste al músico de Nueva Orleans, con quien decidiste irte diciendo que el mejor sueño que tuvieras conmigo siempre sería inferior a la tonada más gris del músico. Tras tu partida yo decidí empacar e irme para que cuando regresaras no me encontrarás allí.

Esta vez no tardaste mucho, a los 10 meses exactos el tipo desentonó y llegaste corriendo a casa implorando perdón. Dos meses después nació nuestro hijo, me lo dejaste y te escapaste con tu doctor. Mencionaste que solo con el niño yo sería más feliz. Tras tu partida decidí empacar e irme para que cuando regresaras no nos encontrarás allí.

Doce años después regresaate a casa diciendo que querías conocer a junior, que después de todo también era tu hijo. ¿Y el doctor?, pregunté. «Ah, ese se quedó en el camino». Volviste en junio y te fuiste en julio, con un joven precoz de secundaria, compañero de junior, que se creía san Francisco de Asís. Tras tu partida decidí empacar e irme para que cuando regresaras no me encontrarás allí.

A tu vuelta dijiste que realmente no creías en los milagros. Te sorprendió mucho ver lo descuidada que estaba la casa. Esta vez te fuiste sola, aunque sé que fue con el conductor de un tren. Yo decidí empacar e irme para que cuando regresaras no me encontrarás allí.

Hoy has regresado, enferma terminal. Con pocos meses de vida has decidido compartir tu tumba con la mía. Al final, como siempre dijiste, nuestro destino era estar por siempre juntos. Entonces te espero, aquí en la quietud contemplando el crecimiendo de raíces ‘in situ’. Ahora que ya no puedo empacar ni irme.

Tiempo de…

Es un hecho que tengo problemas.

Fue lamentable estar en un trabajo en el que se me respetara profesionalmente y se me pagara lo justo, porque eso ya no es común en el mundo, o al menos en esta jodida sección del planeta llamada México.

La moda en este pinchurriento país es explotar al máximo a los empleados (y la moda de los empleados es tratar de estafar en lo posible a los empleadores), así en esta mezcla de mezquindad y ambición por un lado y holgazanería y mediocridad por el otro, tenemos una situación laboral propensa a las malas relaciones, los malos tratos y la explotación.

Jornadas de alrededor 12 horas, mal pagadas, fines de semanarequeridos pero no pagados. Es lo normal.

En la batalla entre los ambiciosos mezquinos y los holgazanes jodidos, todos salimos perjudicados.

Pero no se limita a un país. Tantos recortes y despidos en los Estados Unidos no son gratuitos.

Allá también hay ambiciosos sin límite, quienes para no pagar los salarios que dictan las leyes en su país, contratan personal en el extranjero, pagándoles una pigmea porción de lo que por ley deberían pagar en los USA.

Sí, mucha TV, mucha tecnología y videojuegos, pero al final su economía va a pique, porque nadie exige sus derechos (quizá porque no están de acuerdo a cumplir sus propias obligaciones).

Tengo problemas porque de un tiempo a la fecha no encuentro un trabajo apropiado. Cuando no estoy bajo el mando de gente inepta, estoy a las órdenes de ávidos explotadores.

No sé, quizá se debe a la edad. Quizá me debo jubilar o dedicarme a la producción de mis propios alimentos.

Quizá ya sea tiempo de dejar que las nuevas generaciones se destripen y se exploten, y yo me haga a un lado para esperar el último tren