Archive for febrero, 2009

Se acabó el carnaval

Sambódromo vacío, sin ruido. Shhhh, dijo el Sha, desde el más ashá (con importado acento porteño). Se acabó el carnaval. El sueño se acabó, lo dijo Lennon y seguro lo dijo Lennin en alguna noche de insomnio. Yo entre el sueño, las risas y demás, me topo con miércoles de ceniza. Telón caído y escenario calvo. Fuego extinguido. No hay ave fénix (se conformó con estamparse en letreros de farmacias). Despedida número 12323-6767-bis. Y nos empeñamos por tratar de tirar a patadas aquella construcción sólida. No se cae pero empieza a resentirse, aunque los huesos de nuestras piernas estén más pulverizados que el talco para bebés. Quedaron muchas poesías en las libretas, en las computadoras y salieron algunas en mis espacios virtuales. Al final totalmente desconocidos, antes de la llegada del Alzheimer. El amor dura más poquito de lo que dicen los cuentos, pero más de lo que decía la experiencia. Hice lo que pude, lo juro.

febrero 26, 2009 at 3:03 am Deja un comentario

No mires hacia atrás encorajinado(a)

De repente me nació la pasión por Oasis. Es un grupo que conozco desde que salió, y siempre me ha gustado. Ignoro por qué de una semana para acá el gusto se ha convertido en afición fuerte. Ni cuando los vi en vivo me sentí tan ‘clavado’ con ellos. No sé, igual la semana pasada la edad me hizo identificarme. Don’t look back in anger es de mis favoritas, es de esas canciones que significan mucho por la letra, pero que a la vez me remiten a recuerdos bien definidos. De la letra no hablaré, pero el recuerdo es el año en que salió el álbum (hace más tiempo que lo que pensaba). Reuniones en mi casa con mi hermano y sus amigos, en especial Víctor (siempre estaba, infaltable, parte de la familia). Escuchando el estéreo Fisher que estaba en el comedor, y ésta canción una de las habituales (de hecho creo que es la única del grupo que me sé completa). La versión de este video es muy buena. Que esta entrada sea un homenaje a la amistad y prueba de que hay amistades que sí pueden durar años.

febrero 17, 2009 at 6:22 pm Deja un comentario

Letras

Letras, como si hubiera necesidad de presumir una nueva combinación de ellas. Como si se pudieran reflejar los sentimientos, acercar a quien se quiere junto a uno y alejar a quien ya no se desea ver más. A veces funcionan y son el conjuro correcto, pero no parecen ser efectivas para los inseguros, para los testarudos y los que dudan (más allá que para comprobar que existen). Una correspondencia no correspondida e interrumpida porque ya no me importan las respuestas que se me puedan dar por la relación irreverente y totalmente carcomida. Olvidemos las palabras cuyo sentido está hoy extraviado. Letras, como si hubiera necesidad de enterarse de vidas ajenas, de imaginaciones de otras personas, de sueños de otros dueños o de ideas distintas a las de uno mismo. Palabras, sólo palabras, se habla y se las lleva el viento, se escribe y se cubren de olvido; así como les pasa a algunos sentimientos. Letras que no quedarán grabadas para siempre ni las de mi lápida ni las de la tumba de nadie. Sin embargo nos empeñamos en hablar, en escribir, en presumir lo que pensamos, el mundo no cambia y este mal no tiene cura (ni sacerdote). Yo por eso te doy estas letras de cambio, para que cambiemos nuestras vidas, no por otras, sino que tomemos los rumbos que nos corresponden y cada quien que siga su destino, ya que juntos los caminos no hacen uno debido a la incompatibilidad inherente. Otra despedida, sin adiós, para nadie. Me quedo con las letras para describir fantasías privadas y exhibirlas en un aparador electrónico, como en una casa de cristal en la que no se revela nada realmente. Cierro las cartas abiertas y reabro la mezcla mágica de sonidos silenciosos en papel (o en pantalla).

febrero 16, 2009 at 5:33 pm Deja un comentario

¿Y luego?

Uno no la ve venir. Apuesta incierta, moneda en el aire. Imposible de eludir. San Valentín pasa por el Arco del Triunfo, pero no hay garantía, la derrota acecha, maltrecha, y mal parado lo deja a uno. Cuerda floja y llega la pereza. ¿Qué puedo decir? No mucho, mi boca es grande, mis palabras muchas pero no digo nada, porque mucho siento aunque permanezca sentado, a gran velocidad en un tren a ninguna parte. costumbre, ya sabes que es más difícil de romper que los principios, y eso parece que pasa hasta el final. Pero le apuesto, ya lo dije, me cité y no aplico el mismo juego de palabras que ya usé, y no uso a nadie porque no quiero ser usado. Inspiración tardía en 15 de febrero para que no se diga que me cubre la amargura. Que sea lo que tenga que ser, porque de todas maneras será.

febrero 16, 2009 at 3:13 pm Deja un comentario

Canalla de primera clase

Recuerdo que en las caricaturas cuando un personaje se sentía mal por haber hecho algo realmente canalla, su cabeza se convertía en una suela de zapato. Eso tras un acto realmente malo. Así me siento hoy, ojalá pudiera decir que no sé por qué, pero lo sé. Digo, no es un acto que se castigue con cárcel, con la pena de muerte ni con la silla ecléctica que se conecta; no, es un crimen que tiene como castigo un cargo pesado de conciencia, detonado por reclamos. No salgo ahora a la calle porque un zapatero va a emocionarse y va a querer llevarme para arreglarle el calzado al gigante de juanito (el de las habichuelas mágicas). Así pasa cuando le hacen ver a uno que realmente no es tan bueno como creía (bueno en nivel moral, no en el canibal-gastronómico ni en el estético Mr. Mundo [In-mundo]). Diría que el que esté libre de pescados arroje un cangrejo, pero no me haría gracia en este momento. ¿Por qué escribo esto? Imagino que porque no tengo a nadie con quien comentarlo en este preciso momento, que está tan fresco el descubrimiento del continente negado o evadido. KO directo al corazón, caído como tabla a la lona. Las disculpas sobran y no sirven ni para comida de perros hambrientos. No me gusta, y no quiero compasión. Igual lo escribo como cuando suelo escribir cosas: para que no se me olvide. Tengo libretas completas, repletas y desbordantes de palabras, y siempre lo olvido. Quizás sí sea un canalla de primera clase (que en este caso es la peor). Igual y no es claro lo que digo, pero quien lo haya vivido lo entenderá, o quien haya sido afectada por mí lo entenderá también. No es lindo, nada lindo, sentirse así. Y esta bitácora resultó de repente un diario en clave enclavada en un mar de confesiones, de gritos silenciosos que exigen atención. No soy diferente a los demás, salvo que cuando saben donde pegarme, me duele el doble. Imagino que de esta manera la gente va perdiendo ideales o la fe en ciertas cosas. Supongo que es la forma de perderse la fe a uno mismo. De nuevo, no lo escribo para que alguien me entienda y mucho menos que me compadezca, igual espero que se tome como una de esas guías de viajero que recomiendan no pasar por ciertos lugares. Si puedes, mantente lejos del sitio en el que ahora me encuentro, aunque la verdad ande yo bastante extraviado.

Canalla de primera clase

Canalla de primera clase

febrero 14, 2009 at 1:04 am Deja un comentario

Explicación dada (los dadaístas por allá…)

¿Cuál es el sentido de tener dos bitácoras/blogs? Supuestamente una estaba dedicada a los escritos publicables y la otra a las opiniones (personales, valga la rebuznancia) y a videos y música. Al final ambos se revuelven, a veces se publican cosas del pasado que tienen misteriosa vigencia, otras cosas que ya ni al caso en el presente anárquico sin presidente. Presiento que hay gente que no me cree, y otra que me cree demasiado. No miento ni cuando digo la verdad, dice un poeta musical (ya se me olvidó cuál, debe ser uno de los tres que más me gustan). El punto es que aquí están, sigo con los divididos, y eso que ya pensaba cerrar éste. No son mitografías en el sentido estricto, porque a veces no hablo de mí, aunque en cualquier escrito seguro hay algo de mi persona. Explicación dada, culpa aceptada. Modesto resulta este blog/bitácora que estaba, como su nombre lo indica, destinado a cosas variadas, a sustituir los muchos mensajes de correo que enviaba, pero casi nada resulta como lo planeado.

febrero 12, 2009 at 1:37 pm Deja un comentario

He visto

He visto perros y gatos viviendo sus Warholianos cinco minutos; ancianos que soportan más que los jóvenes y noches que duran 36 horas. He visto una niña caricatura con ademanes de fantasía y mirada de terror y a un viejo tintán croata y pelirrojo. He visto hordas de turistas más destructivas que Atila; gente estresada porque perdieron a su guía; guías desesperados porque su bus se tiene que ir y otros halagados porque alguien les hace realmente caso. He visto turistas indios en el monumento romano a la patria, dos de ellos eran enanos, ¡fellinesco!, y a un leproso deambular sin campanita. Vi a muchos pinochos, pero no vi a ningún Peter Pan. Palomas cínicas y con exceso de valor, canes amistosos y gatos que se interesan. He visto viejos queriendo ser jóvenes y a jóvenes corriendo con inconsciente desesperación hacia la ancianidad. He visto equipaje que se pierde y que milagrosamente aparece en el último minuto como el refuerzo que Errol Flynn necesitaba para acabar bien la aventura. He visto el tiempo pasar muy rápido, incluso en los aeropuertos. Recuerdo que ayer era 13 y hoy resulta ser 19. El tiempo vuela, querida, aunque uno no lo quiera.

Sept 19, 2008 Dubrovnik

febrero 12, 2009 at 3:40 am Deja un comentario

Fiebre

Noche intranquila con altos grados de temperatura (nada relacionado con cuestiones amatorias). Esa fiebre a la que tanto temo, esa fiebre de pesadillas seguras en la noche y cuerpo cortado. Y sí, no pudieron faltar las pesadillas, infancia revisitada, exploración por unas cuevas por detrás de mi casa, tesoros árabes y piratas, sofocación en las cavernas, claustrofobia, escapar nadando, y dejar los tesoros atrás, todo para no volverlos a encontrar jamás. Hay quien apuesta que lo que tengo es tifoidea, yo no tengo ni idea. A ver que pasa.

febrero 10, 2009 at 3:25 pm Deja un comentario

El norte de Alaska es el sur de la Patagonia

El norte de Alaska no creo que sea el sur de la Patagonia que para agonías siempre las propias son las mayores (uno no sufre tanto los dolores ajenos como los sufre el ajeno bien puesto en sus propios zapatos. La vida a veces me parece no una caja de chocolates (siempre he odiado esa frase) sino un sube y baja que viaja en una montaña rusa, sin Putin. El budín no me gusta y sigo buscando a Merlín. No quiero sonar machista pero a las mujeres no las entiendo, aunque tampoco quiero sonar feminista, pero a los hombres tampoco les encuentro sentido. Contrario a lo que se dice en las puertas (que no tenía) el oráculo de Delfos, casi nadie se conoce a sí mismo. Es como asomarse a un abismo, vacío, que aterra. Y todo esto para decir que el amor verdadero es bien difícil de encontrar, y cuando lo encuentras es casi imposible que se quede, contigo. Pero mientras hay vida ha esperanza. Ahora no quedo muy seguro si el norte de Alaska es el sur de la Patagonia.

(Una versión que me gusta mucho a una de las canciones más populares de Queen, no sé si venga al caso de lo que dije, pero me gusta mucho)

febrero 6, 2009 at 1:41 pm Deja un comentario

Cierre (zzzzipppp)

De las 25 cosas al azar, de haberme perdido en el bazar afgano de las emociones y los sentimientos, donde no hay garantías ni devoluciones. Ando como Lázaro anduvo (medio tarugo por unos cuántos días tras despertar del sueño que no le fue eterno) y me pongo a decir cosas que son ciertas pero no exactas. Tampoco son científicas. No hay drama, ni euforia. Tranquilo. Dejé junto con alguien más, el equipaje lastroso que cargamos por años. Algunas cosas se fueron por el caño. Sólo un sueño, sin dueño. Aferrarse a lo que no es resulta ser la necesada más absurda, aunque hay muchas más. Sin despedida (pueden tomar alguna de las ya escritas) y sin adiós (el que mucho se despide pocas ganas tiene de irse) el mundo sigue girando y yo me pongo a respirar. Un tanto atrasado el mensaje, pero no se me ocurre nada más. El mundo está lleno de gente y la mayoría me importa poco. Que cada quien se ponga el saco que le quede. Ahora escribo en colaboración y ni cuenta me doy de ello. Las cosas han cambiado mucho, espero que a mejor. Todo va bien, todo es más claro (a pesar de que soy muy miope, sin gafas todo es impresionista a tres metros de mi nariz). Espero no estarme citando demasiado. en una de éstas me regreso a los correos electrónicos, porque esto del blog, aunque personal ,es ambiguo. Quizás con ésto cierro un ciclo y a la vez cierro el espacio de la Miss Elania. Un hijo de letras basta y un hijo de carne y hueso no me alcanza. Colorín colorado, este cuento creo que ya fue. En tiempo pasado y pesadamente se cierra el telón de plomo. Soldaditos cojos navegando por el desagüe, que yo me desahogué. Miss Elania se quedó en Miami y todo lo demás se dirá (creo) en otro lugar. Gracias.

febrero 5, 2009 at 3:23 am Deja un comentario


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