carta abierta que jamás irá a ningún lado

Estimado Ratzi,

Te escribo esta carta que seguro no leerás, porque no te conozco, y mucho menos tú a mí, pero eres el actual presidente vitalicio de una institución que de alguna manera seguí, y que a mi edad actual intento respetar. Siento decirte que ya no puedo mezclar masacotudamente la espiritualidad y tu institución (tan humana). Antes me la creí, ahora ya sólo creo en la relatividad del cangrejo. ¿Por qué dejé de creer? Hmmmm bueno, trabajar en una oficina pontificia vaticana, ubicada cerca de un santuario, fue el primer paso por el que mi fe en tu empresa se agrietó. En la oficina los sacerdotes comían manjares bien dispuestos en una gran mesa, digna de ser plasmada por el mejor pintor renacentista, mientras el resto, la plebe, los empleados, los legos (no formados por piecesitas) comían manjares más modestos (pero al final manjares gracias a los dotes culinarios de las monjas) apartados en lejanas mesas. «De esta línea no pasas hijo». «Sí padre». Y allí comían los pavos reales con votos de humildad violada. Aghhh y ni qué decir de aquellos empleados inferiores que besaban los anillos (no hay albur… al menos no me contsa otra cosa que la literal) de sus eminencias. Y al terminar de comer, desde la ventana de mi oficina, veía cómo grandes camiones blindados salían cargados de monedas del santuario. Limosnas que la gente que poco tiene daba a una institución que promueve la humildad y tiene grandes tesoros y bienes en sus altas esferas. Bueno, mejor hablo de las disculpas tardías. Sólo quisiera que la resurrección sea cierta para que Galileo, y otras víctimas de la Inquisisión, escuche las disculpas que le dio tu institución tantos siglos después. Ah pero cambiando de tema, no me trago toda esa conspiración acerca de los sacerdotes católicos que abusan de niños, vamos, no creo que en la iglesia que presides haya más pedófilos que en otras religiones o en otras instituciones, ni que sea la media ni que sea la norma. Simplemento lo considero una campaña de desprestigio, aunque de que los hay, los hay, pero ya lo dije, en todas partes. Supongo que se debe dar más entre políticos y diputados de quinta (como los de mi fervoroso país). Luego vienen los evangelios apócrifos y cómo es que cuatro fueron elegidos como «Oficiales», curiosamente los más inofensivos, los menos peligrosos. ¡Vaya! Omitiré detalles como las bendiciones a ejércitos, la no intervención en injusticias, las bulas (y el bule bule, pero en esto creo que no tuvo tu gente nada que ver). Al carajo con el código daVinci, tampoco creo en él. Sólo quiero resumir que mi fe, como la vida, está en otra parte, en algún terreno baldío, y por desgracia no me gusta el futbol, así que queda vacante.

Saludos,
M

Derechos ajenjos

Mucho que hacer en tan poco tiempo, aunque a veces es demasiado tiempo sin que tengamos que hacer nada. Como la mecha que prendida va al tonel de dinamita, avanza y el héroe no puede apagarla, el villano se regocija y todos sabemos en qué acaba la historia. El tiempo es relativo, a veces es demasiado. Preferimos enajenarnos a vivirlo (porque la enajenación no es más que el atiborramiento de cosas insustanciales, enseñadas o impuestas, mientras olvidamos lo que importa. «La vida es lo que te pasa en lo que estás ocupado haciendo otros planes», dice una canción, más o menos). La figura del jugador que no sabe levantarse oportunamente de la mesa se me ha desgastado por abuso de uso. A cumplir cosas, a expiar condenas, a pagar deudas y empezar una rutina que espero que me permita lo que materialmente necesito para cumplir un acto de magia muy personal. A nadie le importa ya lo que piensen los demás, y sin embargo, entre los individuos como entre las naciones (que van naciendo o que están muriendo) el respeto al derecho ajenjo es la pastilla. Que Cicerón (creo) y Juárez luchen hasta la sangre borbotada por los derechos de autor.

El ‘yo es otro’ y sin embargo me conmuevo – Rimbaudgalileo

Cada día un descubrimiento. Colón volviéndose loco en el centro comercial de las tierras nuevas. No hay mapas y cada viaje tiene como objetivo otro viaje por comenzar (Saramago sacado de la manga). ¿Y de la Mancha? Nada consciente, salvo la Panza. Aparentemente no soy yo y sin embargo allí he estado, sin cadenas, sólo voluntad. A veces como cadáver nada exquisito que blasfema y se pudre cubierto por las flores del mal; otras como el Lázaro que sale de la cueva tras algunos días de estar en el frío del sepulcro natural. Son muchas palabras, han sido muchas discusiones. Complicamos lo que era sencillo y despreciamos las obviedades. No sé si fuimos nosotros o realmente así es la vida. Aferrándome a la balsa después de tantas tormentas. Allí estuve y estoy (a pesar de la aparente ausencia y de la declarada demencia). Pero no es suficiente. Aún debo un buen poema o canción. Let it be

Así es la vida

Es mejor la lejanía cuando la cercanía no nos acerca. Algo así dice en algún lugar el bardo que no perdió nada en Lepanto, aunque sí perdió su vida el mismo día que el manco. «Manos arriba» y en el banco todos se asustaron, «que todos los negros abandonen la tienda» dijo un adolescente en el altoparlante de un supermercado en el cinturón bíblico, y todas las personas de color protestaron (la cadena mercenaria se disculpó por el incidente a escala nacional). El mundo es tan absurdo que cometer absurdos con plena consciencia de ello es una barbaridad. No es necesario que llueva sobre mojado… si se puede evitar es mejor; pero ah cómo nos empeñamos en lo que no deberíamos esforzarnos. Dejar el hígado y demás entrañas en la carretera porque los señalamientos nos resultan aberrantemente feos, es una mala manera de desperdiciar la vida. Lo entiendo, lo digo, y como fariseo me pongo a malabarear con los bolos equivocados. Eso sí debe ser pecado. Al final es adicción que sustrae, sustracción que añade vicios, las matemáticas de la vida son inexactas por naturaleza, y en la escuela de la existencia sólo se gradúa uno al llegar a la tumba. Espero mi pronta titulación sin que ningún hijo de puta, de reina o de vecino tengan nada que ver.

tic tac

El tiempo no es una broma, aunque se ríe de todos nosotros. Nos marca como reses mientras marchamos generalmente ignorantes hacia el matadero. Ahí no importa quién llegue primero, todos sabremos llegar. El tiempo no es un castigo, sólo es la imposición de una regla naturalmente divida, o la adivinación de la naturaleza que muchos prefieren no aceptar. A mayor edad más lo niegas y más le temes, previamente lo ignoras por completo y parece eterno. El tiempo puede que sea eterno, pero tú no (yo tampoco). Yo no tengo problemas con que exista el tiempo (las más de las veces), pero ojalá y nos ahorrara la decadencia.